Nacimiento del blog

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lunes, 27 de enero de 2014

RECUERDO DE UNA PASTORADA, POR JULIANA GONZALEZ BARRIENTOS

         En esta época del año, 25 de diciembre es Navidad, unas fiestas entrañables y muy familiares en las que se reúnen las familias ya que, el resto del año cada cual está en su sitio y no es fácil el reencuentro. Qué distinto es todo a como fue, que todos estábamos en el pueblo disfrutando de lo poco que tenías. Yo nunca tuve una muñeca, a no ser que la hiciera de trapos de los que no servían para otra cosa.

       El día de Nochebuena íbamos a cenar con los abuelos. No había langostinos pero la abuela prepara un guiso de capón, que criaba ella, todos los años lo guisaba en la cazuela de Pereruela a la lumbre de paja, con las brasas de las cepas, que no daban fruto, que arrancaban del majuelo. Turrón no había, ni champán pero, sí castañas tostadas y nueces y uvas pasas (que las conservaba ella para esas fechas) se brindaba con vino de la cosecha o licor casero; el primero que levantaba su vaso o copa era el abuelo para brindar por la Nochebuena y en la Nochevieja por el año nuevo que iba a comenzar ¡qué navidades aquellas! De paz y bienestar en familia que  es el mejor regalo que te pueden traer los reyes magos, la familia que en la vida es lo mejor que se tiene.
         Los reyes magos pasaban, o al menos así lo creíamos, pero no para todos igual. Yo pensé muchas veces que como no teníamos balcón por eso no nos quedaban juguetes, sólo unos caramelos, nueces, avellanas. Vivíamos al lado de la carretera, pero sin balcón, aunque eres pequeña te das cuenta que no todos somos iguales, pero crecíamos tan felices.
         Lo que más recuerdo es una pastorada que hicieron cuando era pequeña y el hoy el día que me acuerdo como si fuera ayer, la representaban principalmente los pastores, aunque también había otras personas ya que, había muchos personajes.
         El día anterior hicieron una representación para los más pequeños y personas mayores y yo fui con mis hermanos a verla y no me quedé conforme así que, cuando llegó la Nochebuena y los mayores iban a verla me puse tan pesada que quería verla otra vez y lo conseguí. Increíble que mi padre dejara ir con ellos en vez de meterme en la cama. Había muchísima gente y al entrar en la iglesia menuda avalancha, como siempre nadie quiere ser el último y yo me colé así que, mi padre me perdió de vista y preguntaba ¿dónde está mi hija? No me veía ¿quién de sus hijos podía ser? Porque éramos más pero el resto se quedó en la cama, lo cierto es que me encontró y milagro no me "dio la propina". Cualquier representación hay que verla más de una vez por eso yo lo recuerdo todo, bueno casi todo.
          Lo recuerdo como si lo estuviera viendo otra vez. La cordera la ofreció Cesáreo Jaular a la virgen y al niño recién nacido y luego la comerían el cura y la criada. El cura era grande y corpulento y la criada larga y enjuta, tenía el cuello largo como las jirafas.
          Los que la representaron eran la mayoría pastores vestidos con sus zamarras hechas del pellejo de las ovejas. San José fue un pastor que vivían en Carbajal, se llamaba Fernando y era de Roales, hermano de aquel pobre que andaba pidiendo (Vicente así se llamaba) y la Virgen fue Ana Morán, (Anica como la conocemos todos) y el niño no recuerdo si era un niño de verdad o una imagen. Ese señor se quedó con S. José para siempre. El nacimiento le instalaron delante en lado derecho y el palacio de Herodes a la izquierda, todo lo mejor que se pudo, pero bien.

      El Rabadán fue Boni el hermano de Piedad, la mujer de Aureo, el Rabadán era el que empezaba la obra. La iglesia no hacía más de gente y para hacer espacio colocaron cancillas, de las que ponen en los apriscos para apartar a las ovejas.
       El rabadán vestido con una zamarra de piel de oveja y un enorme cayado dando golpes en el suelo gritaba fuerte una y otra vez, "silencio, silencio mortales, atención al que habla que a la media noche dará Dios la palabra" y la vez caminaba hacia adelante hasta el portal de Belén y decía así "quédate con Dios María, quédate con Dios, bendita que voy por la corderita que en el portal la he dejado" y caminando hacía fuera decía "apartaros mujeronas que estáis arrejonadas como ovejas en la majada".
         Es cuando dice a la comitiva "pasad mis compañeros sin temor, ni cobardía que, si esta noche nos perdemos, mañana será de día" y empiezan a cantar:

En este portal estamos
muy alegres y contentos,
caminemos a Belén
a adorar el Nacimiento,
las puertas están cerradas
un poco nos detendremos,
caminemos a Belén
a adorar el Nacimiento,
abran, por Dios, esas puertas,
por Jesús El Nazareno.
Las puertas ya están abiertas
de par en par las tenemos
pase la hermosa cordera
con los pastores adentro.
Para pasar adelante
pediremos licencia
al ilustre señor cura,
párroco de esta iglesia.

         Cuando están dentro siguen cantando:

Hay qué cosa tan bonita.
¡Oh! Qué palacio bueno
es la casa de Jesús
y la reina de los cielos.

         Lo siento, no recuerdo más, pero es una pista y si alguien sabe más que lo continúe. Es muy largo para acordarme de todo y yo era muy pequeña.
      La cordera la llevaban adornada con un collar y lazos de colores. En el centro de la iglesia los pastores hicieron un círculo y allí hicieron las migas o sopas en una caldera (bueno el simulacro) y cada uno de los pastores leyó un versículo.
       Todo esto que fue muy largo pero no me atrevo a contar porque, aunque lo tengo en mi mente, no estoy segura. A continuación formaron dos filas los pastores y las zagalas y el rabadán era el que dirigía a todos con el cayado en algo y decía así.

Para Belén camina
una niña preñada
hermosa en cuanto bella, gloria
hermosa en cuanto bella
un viejo la acompaña
íbanse poco a poco, gloria
íbanse poco a poco
pisando con sus plantas
y el divino del cielo, gloria
el divino del cielo
un mesón les prepara, gloria
un mesón les prepara
allí llamó María, gloria
allí llamó María
con humilde esperanza
¿quién a tal hora llama? Gloria
¿quién a tal hora llama?
Responden los de dentro
si traen dinero que entren, gloria
si traen dinero que entren
y si no, no hay posada.
San José, se afligía
María le consolaba
qué más consuelo quieres, gloria
qué más consuelo quieres
que ir en mi compañía
fuéronse poco a poco
pisando con sus plantas
y el divino del cielo, gloria
el divino del cielo
un portal les prepara.
Allí parió María, gloria
gloria, al recién nacido
allí, parió María un niño con su gracia.
Ya vienen los pastores, gloria
gloria al recién nacido
ya vienen los pastores
todos de la majada
unos le traen huevos, gloria
gloria, al recién nacido
unos le traen huevos
otros manteca blanca
otros lindos pañales, gloria
gloria, a recién nacido
otros lindos pañales
que parecen de Holanda
para envolver al niño, gloria
gloria, al recién nacido.
Jesús que tiritaba
baja un ángel del cielo, gloria
baja un ángel del cielo
a coger la embajada.
La parida está buena, gloria
gloria al recién nacido, gloria
Señores de la comarca

         No recuerdo más pero creo que es más largo.
         Después de todo esto se acercaban todos a dar sus ofrendas al niño. El primero creo que fue el de la cordera que dijo un verso muy gracioso del que sólo recuerdo lo siguiente:

La cordera no es muy grande,
ni tampoco, muy pequeña,
que es de las terciaditas
que nació en primavera.

        Versos de otras ofrendas:

               El Ángel. Recibe niño hermoso esta manzana.
Colorada y redonda como tu cara.
               Aquí te traigo esta zamarra
para que te refugies entre la lana.
               Aquí te traigo esta pardala
que la cogí anoche en la majada. (y la echó a volar en la iglesia)
               Aquí te traigo niño este martillo
que me lo hizo el herrero de Gordoncillo.
               El zagalillo. Toma la mi zamarra
y el mi caldero
para que hagas las migas
manso cordero.
               Aquí te traigo, niño
estas tres nueces
que es más el ruido
que las nueces.

        Eran más pero no las recuerdo.
     A continuación dice, uno de los pastorcitos: "apártense los pastores y dejen libre la senda, que también los pastorcitos vamos a ofrecer ahora;


               Aquí te traigo niño tres caramelos
que son las tres potencias
que hay en el cielo.
               Recibe niño de esta zagala
un poco de manteca
para chuparla.
               Recibe niño hermoso de esta pastora
un poquito de queso
que traigo ahora.

      ¿Para quién era todo esto? Para S. José, La Virgen y el niño; no para el cura y la criada que lo apañaron todo. Pero eso no importa, lo verdaderamente importante es que todos lo pasamos muy bien con su actuación.
     A continuación llegaron los reyes magos, muy bien ataviados y le ofrecieron sus presentes oro, incienso y mirra. Les guiaba la estrella que iba desde el coro hasta llegar donde el niño, todo bien preparado.
       El ángel desde el coro cantaba:
- Miradle, miradle, pastorcitos
miradle, miradle.
     Y le respondían:
¡ay! ¡qué lindo!
¡ay! ¡qué bello!
Que divino niño es. (Así varias veces)

       Hicieron un simulacro, de la degollación de los niños por orden de Herodes, varios niños hicieron el papel tumbados en las dos gradas de piedra, que había delante.
       El rey Herodes fue Cesáreo Jaular y Claudia, la mujer, fue Fili Fernández.
     La iglesia, adelante, no estaba como ahora. Cambiaron la puerta de la sacristía, que estaba donde tenéis los hacheros, a la derecha ahí estaba la entrada para la sacristía y al lado izquierdo estuvo muchos años la cómoda donde se guardaban todas las pertenencias de las Hijas de María; el pabellón, el estandarte, las flores ... bueno todo, después la metieron en la sacristía. Esta era más grande, hicieron un tabique y allí se recogían las andas.
      Dónde está el confesionario había una grada de piedra y otra adelante (qué no entiendo porqué las quitaron) tenían más valor que el terrazo que pusieron.
      El lugar donde ensayaban era una casa deshabitada de Gregorio Fernández que, estaba en el solar que hay a continuación de la casa de los Ortega. La llamaban la casa de la bodega. Bueno la de los Ortega también es solar, como la de Micaela y Rosa y tantas otras que están en el recuerdo de todos los que las vimos en pie, con sus gentes viviendo en ellas y ahí quedaron los recuerdos de esas familias que formaron parte de nuestro pueblo.
      Pasaron unos años y volvieron a hacer otras pastoradas, yo ya era mayor y la recuerdo aunque no como la primera que, aunque era muy niña, 6 o 7 años (o quizás por eso) se me quedó tan grabada en la memoria que aún hoy es como si la estuviera viendo y eso que ya tengo 81 años, casi nada. Por algo dicen que lo que de niño se aprende, no se olvida tan fácilmente.
Pues así soy yo, disfruto recordando todo lo que he vivido, bueno y malo que de todo hay en la vida.

Juliana González Barrientos







1 comentario:

anatodocorazón dijo...

Muchas gracias Marimar por hacernos llegar este recuerdo de tu madre, Juliana. Tengo que advertir que estas fotos no corresponden a la pastorada que nos cuenta ella, corresponden a otra que se hizo años después.
Un saludo para todos.