EL ANECDOTARIO EN BLANCO Y NEGRO.
Por el título, más o menos os podéis imaginar lo que pretendo en esta entrada, no obstante trataré brevemente de explicarme.
Es frecuente en todas las reuniones, tertulias y concentraciones de amigos en el pueblo, sentarse alrededor de una mesa a charlar y conversar, incluso sentados en la acera del Tele-club o en algunas “solanas” y casi siempre esas charlas terminan en comentar y relatar anécdotas del pasado, en las que siempre solían intervenir familiares cercanos, vecinos o conocidos.
De tantas y tantas reuniones, sobre todo en los largos inviernos de Fuentes cuando apenas ya quedan vecinos en nuestro pueblo, en el Tele-club, en la bodega, en casa de cualquiera de los amigos donde nos juntamos para charlar o merendar, siempre salen un montón de anécdotas, y para que puedan recogerse de alguna manera y podamos disfrutar todos los seguidores de este blog de ellas, se me ha ocurrido implorar a vuestra ayuda para que aportéis algunas. Os pido que sonsaquéis a vuestros más cercanos (tíos, padres, abuelos, vecinos, conocidos…) parte de esas historias, ya que además tenemos imágenes fotográficas de muchos de ellos para que también asociéis caras.
Creo que puede ser una manera de conocer un poco más de la historia de nuestro pueblo, de sus costumbres, tradiciones, de sus fiestas,…en definitiva, de SU GENTE y de su cultura.
No sería necesario poner los nombres de las personas que intervienen, si así lo estimáis oportuno, lo importante es que os animéis a transmitirlas, para ello disponéis de este BLOG.
Yo, con el permiso pedido de antemano a Luis Pérez, voy a tratar de dar el primer paso y contar una anécdota, a mi juicio muy graciosa, y que salió a raíz de los trabajos que estábamos realizando en la Iglesia
(“La historia de la Gatera”). Cuando estábamos en plena tarea, decapando la puerta de la entrada, resulta que descubrimos un orificio en la parte baja de la hoja izquierda. Los allí presentes estábamos pensando cómo reparar semejante “boquete”, al día siguiente alguien nos dijo que cómo se nos iba a ocurrir taparlo, pues era una “gatera”, y llevaba allí toda la vida. La verdad es que yo no tenía ni idea, siempre pensé que era un defecto de la puerta.
En fin..., por la noche cuando se lo contaba a Luis Pérez en el Tele-club, se reía, porque le vino a su memoria la historia que me relató:
“Cierto día, y por la tarde, siguiendo la costumbre de la época (postguerra), cuando las mujeres acudían a orar a la Iglesia, una de ellas, la Sra. P (omitimos el nombre), se quedó dormida en su reclinatorio; el cura de entonces, D.Constantino, no se percató de la situación, se fue y cerró la puerta de la Iglesia. Cuando se despertó la buena mujer, se dio cuenta de la situación, y cuando ya todo parecía estar perdido, oyó un bullicio en el exterior. Eran unos gitanos que pasaban por el pueblo y que al caer la tarde decidieron asentarse en el pórtico de nuestra Iglesia; con la algarabía que estaban formando, no oían las voces de la señora que allí estaba encerrada. Al llegar la noche, cuando estaban ya más tranquilos, la Sra.P descubrió la “gatera” y sacando la mano por el orificio, tocó a uno de los gitanos allí sentados". Imaginaos los gritos del pobrecito y el susto que pudo llevar el hombre… me hago cargo. A mí en la situación de la Sra.P, ni se me hubiese ocurrido buscar la gatera por ningún lado, y en la del gitanillo no se me hubiese ocurrido volver por el pueblo ni los alrededores. ¡¡Qué susto!!
Pues ahí tenéis la aportación de Luis Pérez, claro que por él relatada era más graciosa. Espero que os animéis todos y tratéis de recabar todas las que podáis, algún día podremos hacer algo interesante con todas ellas.
Pinchad en el título de esta entrada para poder dejar en comentarios las anécdotas y ocurrencias que queráis. GRACIAS a todos por vuestra colaboración.