INTRODUCCION:
Hoy os vamos a
dejar esta entrada que nos hace llegar Juliana Barrientos, ya que hace tiempo
le pedimos que nos relatara algo a cerca de la celebración de las dos fiestas
patronales, que tanto dio que hablar en todos los alrededores: San Vicente
(22 de Enero) y San Cipriano (16 de Septiembre).
Yo no puedo contar esta historia, pues no la viví, soy de
la generación del 68, con lo cual, lo único que puedo es dar una simple opinión
al respecto. Lo único que recuerdo es la vergüenza que pasaba cuando al nombrar
mi pueblo, algún "enterado" me respondía... Ah, sí.... eres del
pueblo de las dos fiestas, jajajaja....Se reían de ello y a mí me producía
vergüenza, porque sólo era una niña. Es algo que no entiendo bien... pero a
veces las cosas suceden, con o sin razón alguna que pueda explicarlas. Lo que
tengo claro es que la historia la tenemos que conocer todos, no podemos
renunciar a ella, y de ella debemos aprender.
Lo que sí puedo decir es que yo me siento orgullosa por
ser de un lugar donde al final, la cordura impera, y que hoy celebramos una
fiesta, San Isidro Labrador (15 de Mayo) y además seguimos manteniendo algunas
de nuestras tradiciones, como son las Animas y el Voto al Sagrado
Corazón.
... Y sin más... aquí os cuelgo este relato, para aquellos
que no lo conozcáis y queráis saber un poco más de Fuentes de Carbajal.
Quisiera hacer hincapié en que ésta sería una versión, la de Juliana... Habrá
infinitas más, pero la que nos ha llegado es la de ella, y ahora a leer quienes
tengan interés por la Historia de nuestra dos fiestas. (ANA)
LAS DOS FIESTAS EN FUENTES DE CARBAJAL POR JULIANA BARRIENTOS
Imagen de San Vicente. |
Imagen de San Cipriano. |
Esta historia comenzó en los años 40 y
finalizó en los 70 y es la siguiente. La fiesta que siempre se celebró, desde
tiempos remotos, fue la de San Vicente; todo iba bien hasta que no sé por qué
razones algunas personas las quisieron cambiar y así fue. El que llevaba la
iniciativa, creo que fue el párroco y la autoridad y siempre hay quien
acompaña, pero al no ir todo el pueblo de acuerdo, no tenían que haberlo hecho
pero… en fin, así fue. Yo cuento lo que vi, porque cuando comenzó todo era una
niña de 10 años y aunque no comprendas muchas cosas, sí te enteras de algo de
lo que, oyes y observas y te das cuenta de cómo estaba el pueblo, porque en mi
casa como todavía no éramos mozas no se debatía el asunto.
Mi familia seguía la tradición de celebrar la
de fiesta de San Vicente, había que respetar la opinión de los mayores, mis
abuelos ¡cómo para hacer cambiar lo que ellos habían vivido tantos años. No es
fácil al buey viejo cambiarle el pesebre. Cuando empezó nadie hubiera creído
que duraría tantos años, aquello fue algo que si no se vive, no se cree lo que
ocurrió; un pueblo como Fuentes, tan unidos todos, se rompió todo.
Estábamos
de actualidad por todo el contorno. Si ibas de fiesta a cualquier parte,
te preguntaban ¿tú de qué fiesta eres? Contestabas rápida,” yo de San Vicente y
vaya fiesta que se hace, en la otra, nada” esa era la respuesta con picardía.
Pasaron muchas cosas porque fueron muchos años, los niños crecimos, nos hicimos
adultos y tuvimos tiempo de vivirlo todo, de un lado y de otro.
Los de San
Cipriano tenían todo a su favor, el cura, el alcalde, el sacristán y el alguacil, que eran la misma persona y
otras personas que también cooperaron con ellos. Nadie les molestaba en su
fiesta, tenían plena libertad para hacer el baile donde querían, el cura les
decía la misa de asistencia de tres curas, como de costumbre en la fiesta del
pueblo y procesión con el santo y la misa cantando el ángelus que es muy
bonita.
Sí que
empezaron con auge, recuerdo que una año trajeron fuegos artificiales y que
representaban al santo San Cipriano y Santa Justina, yo por supuesto no lo vi,
pero invitados pocos, dependía de cómo hubiera venido el verano, que aún no se
hubiera limpiado la era del todo (bueno la paja), que algunos años se
interrumpía por tormenta. Si que pasó muchas veces ver pasar la procesión y
estar recogiendo paja en el pajar. Ver para creer. Si la vendimia se daba pues,
a vendimiar, cada uno a su faena, como no era de la fiesta, pues a trabajar, a
sacar el abono de casa que se tenía en el corral. Como he dicho ellos tenían
todo a su favor, pero nosotros...
A nosotros se negó el cura a decir la misa de
asistencia, a no hacer la procesión, fatal que de sinsabores se pasaron. Estar
en el baile al público por la mañana si hacía sol (algunos años así era) estar
todos tan contentos, divirtiéndonos y llega el aguacil tocando el bombo ”de
parte del señor alcalde que por favor se retire el baile” la gente se miraba
unos a otros preguntándose ¿por qué?
Pero era una orden y había que obedecer a la autoridad, sin motivo alguno, pero
la fiesta tenía que seguir. Se hacía el baile donde se podía, en una casa
particular, porque ahí no mandaba el alcalde, de verdad que era así ¿Qué por
qué lo hacían? No lo sé pero estropear la fiesta lo intentaron siempre.
Los diez primeros
años hubo enfrentamientos, si es que… ¡mejor tiempo para fiestas que en enero…!
pero cada uno defiende su postura y no retrocede, ni los unos, ni los otros.
Una vez empezó el follón nadie cedía, fueron pasando los años y cada uno
celebraba su fiesta cuando era su día. Los más perjudicados eran aquellos que vivían del público, los
mesoneros se quedaron con el local de la tienda que, por cierto era estupendo,
como teníamos la de Carbajal y venían tenderos de Gordoncillo, pues nada
servidos de todo.
El herrero
también perdió clientela casi se queda con el fuelle, el yunque y el martillo,
reaccionó a tiempo y participaba en las dos, pero los mesoneros siguieron el
capricho y no cedieron. Yo creo que fueron los únicos porque los demás que
dependían del público reaccionaron.
El cura tuvo que irse porque
ya ni la gente le quería ver en el altar después de hacer tanto daño, quedó la
iglesia desmoronada, la Cofradía de las Ánimas la estropeó, ya ni digamos la
del corazón de Jesús que se salieron muchos cofrades, la de las Hijas de María
siguió; quedó todo de pena tanto que para empezar otra vez costó sacrificios y
hubo que empezar de cero.
Menos mal
que el cura se fue, que el alcalde lo cambiaron, menos mal que nos dejaron. El
cura por ser cura y el alcalde por autoridad que descansen los dos en la
eternidad, pero no sé si ellos se librarán de las llamas, los demás vamos al
cielo.
Este buen
cura era muy caprichos y lo digo porque
a mi hermana Pili no la quiso bautizar, se lo oí a mi madre, fueron a León a bautizarla
en la iglesia de Renueva, pero le remordió la conciencia y un buen día se
presentó en casa a decir a mis padres que cuando quisieran la bautizaba, le
mandó pasar y estaba mi padre y le midió de arriba abajo, o sea le bautizó.
Como nadie le vio y el nada dijo a nadie pues nadie se enteró y es que él a mi
padre no le llevó por dónde él quería y la haría por venganza. Con todo lo
fanfarrón que era le templaron dos veces una que no se supo y la que fue
pública al lado de su casa, el dueño de la bodega que hay al lado de la casa
rectoral, ese le zumbo con algo porqué le hizo herida.
Lo de mi
hermana, yo se lo oí a mi madre, tenía 2 años, cómo para darme cuenta del
espectáculo aunque lo viera. Aunque seguro que no estaba porque me traían mucho
para Castilfalé y recién nacida Pili mi padre enfermó y casi con seguridad me
tenían en Castilfalé unos primos de mi madre.
otro señor que le pegó, no sé si sería por las fiestas o por otras razones
que yo desconozco pero, tuvieron juicio oral en León y como en aquellos años
los curas, frailes y monjas eran los amos, el cura ganó y el otro señor quedó
marcado para siempre porqué, uno de sus hijos que estudió en el seminario, el
pequeño no llego a coger los hábitos porque su padre quedó procesado.
Cuando se fue quedamos sin
cura y agregaron al párroco de
Valdemora, Don Genaro, los dos pueblos Carbajal y Fuentes y como entonces no
podían celebrar mas que dos misas, nos tocaba cada 15 días y alternaba un
domingo en cada pueblo, íbamos a Carbajal y ellos venían a fuentes. Y eso es lo
que pasó y es que cuando algo se empieza no se sabe cómo va a terminar.
Los de San
Vicente con este cura ganamos puntos para lo de la misa, ya no había ningún
obstáculo que o impidiera. El tiempo que estuvo, dos o tres años, hasta que mandaron
un párroco joven que trabajó mucho para rehabilitar todo, no fue tarea fácil,
pero todos cooperamos.
El pabellón que se ponía en el
mes de mayo dio mucho juego para desarmarlo, con lo grande que era, lavarlo y
luego armarlo, coser todas las estrellas, que eran muchas. Si el tiempo lo
permitía en la bodega de al lado de la casa rectoral, rodos en la pradera
cosiendo estrellas.
Cuando este
se fue vino Don Ventura y ese no se mezcló en nada, todo seguía su curso.
Algunas familias se fueron del pueblo a otros lugares y alguno de los que nos
revolvió también y ahí os quedáis con el
lío. Otras familias se mezclaron, me refiero que se casaron siendo contrarios
sus padres y a vivir que es lo importante, qué más da una fiesta que otra, pero
los santos andaban por todo este contorno y ellos no tenían la culpa.
Cuando
falleció Don Ventura yo ya no estaba en el pueblo pero, imaginaros que me casé
con 30 años y 10 más duró el capricho.
Todo se arregló cuando vino
otro sacerdote joven, Don José, solucionó lo de las fiestas y ¡vaya novedad!
todos juntos de fiesta, increíble, nos parecía mentira, más de cuarenta años de
lucha y por fin todo mi pueblo unido que es lo más grande y fuera rencores.
Bendito el día que se llegó a un acuerdo.
Yo he escrito lo que viví, no
me he inventado nada y no creo que nadie se dé por aludido y aún queda más con
lo que llenar páginas pero, para qué.
Este cura
arregló la fiesta y la iglesia muy bien, pero la dejó desmantelada, lo que de
valor tenía se lo llevaron para el obispado de León y allí está. No entiendo su
ilustrísimo Señor Obispo y acompañantes, aprovecharse de lo que no es suyo,
presumir de lo que no es de ellos, exponer en una sala las tablas, sacar un
dinero de los que lo quieran ver… esto lo vio una servidora en una sala de la catedral.
Si eso es
dar ejemplo, que venga Dios y lo vea. A mí no me cobraron porque me identifiqué
como nacida en Fuentes de Carbajal y pertenecer a la Parroquia de Fuentes de
Carbajal, ¡ojo que nos costó conseguirlo!, espero les remuerda la conciencia y algún
día lo devuelvan... Eso es lucrase de lo que no es de ellos, sino del pueblo y
luego mandan sobres a las parroquias para la Iglesia Diocesana, para donativos,
como para dar, que la gente no es tonta, que estamos en el siglo XXI que,
aunque somos de un pueblo rural y pequeño, sabemos bien dónde nos roza el
zapato. Tontos en Fuentes de Carbajal nos los hay ¿se enteran?
Juliana González Barrientos
Imagen de San Isidro Labrador. |
Imagen del Sagrado Corazón de Jesús |
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