Aunque la presente entrada
llegue con un poco de retraso, no quisiera dejar de comentar la jornada del
pasado 6 de Octubre en nuestro pueblo: LA VENDIMIA, sí.
Este
año, no se sabe muy bien el motivo, fue un mal año para la uva o por lo menos
para la de esta viña que hace posible la práctica de su recolección, para la
producción de vino y que forma parte de las costumbres, tradiciones y cultura
de nuestra zona. Ni siquiera se publicitó como en años anteriores, pues en un
principio, no se pensaba recoger la uva, o de hacerlo, no se pensaba pisar por
ser una cantidad tan insignificante, que no merecería la pena ni si tan
siquiera manchar el lagar. La uva tardó más que otros años en madurar, además
lo hizo de manera desigual, no llegando a madurar toda.
Finalmente,
se decidió recoger la uva, decisión acertada, pues sólo hace falta que un año
no se vendimie, para que nunca más se vuelva a hacer, y consecuentemente se
pierda esta tradición en Fuentes (otra más).
Sea
como fuere, nos juntamos un pequeñísimo grupo de amigos el sábado por la mañana
para acudir a la viña de José, recoger la poca uva que había, la cual ni
siquiera fue depositada como otros años en el remolque, sino que se dejó en las
mismas cestas, un total de unos 250
kg de uva. Se trasladó a la bodega para depositarla en
el lagar, y se pisó hasta que se estrujó todo para obtener el mosto, por cierto
muy muy dulce, más que otros años. En cuestión de 2 horas se había vendimiado
todo, y después, eso sí, de desayunar en la bodega, se pisó la uva. Por último,
después de la comida, también en la bodega, se hizo el trasiego del mosto desde
el pilo al cubeto. En fin…, sólo se llenó medio cubeto, así es que podéis
imaginar las caras de pena de algunos de los presentes.
Lo
más importante de todo es que, pese a las circunstancias adversas, la VENDIMIA
se llevó a cabo, y que un año más, conseguimos mantener esta tradición que ya
muy pocos conservan, pues las cosechadoras de uva hacen esta labor en menos
tiempo y en viñas más modernas…Claro, que esto ya no es lo mismo, pues el
destino de la uva en estos casos es su entrega en cooperativas de la zona y no
el consumo particular del vino.
Es
curioso, que la vendimia que de niños a algunos nos fastidiaba tanto, por lo
pesado del trabajo, de la climatología, la duración de las labores (pasaban
varias semanas vendimiando) …., ahora, con el tiempo, se ve de otra manera. A
muchos nos vienen maravillosos recuerdos de gente que ya no está entre
nosotros, de las historias y chascarrillos que se contaban por estas fechas, de
las meriendas en la viña rodeados de familiares, o de amigos, o vecinos que se
reunían para ayudarse mutuamente, costumbres que se están perdiendo y que este
año ha estado a punto de perderse. La vendimia era todo un acontecimiento,
incluso en algunos pueblos la vendimia era y es motivo de fiestas y ferias.
Tengo que reconocer que sentí pena al creer que este año no se iba a vendimiar,
pero al final, nos dimos una pequeña alegría.
Y eso es todo por hoy. Hasta la próxima y que os vaya bonito…
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