Un día para no olvidar
El día 26 de julio fue un día muy especial
para mí y para mi familia, fueron unos momentos muy emotivos, de alegría y
satisfacción por haber conseguido mi sueño: tener mi libro de Fuentes de
Carbajal y poder contar las vivencias de mis vecinos y amigos de aquellos años
que todos disfrutamos juntos.
Para mí
fue una experiencia que nunca pensé vivir, pero gracias a Dios, he tenido la
suerte de disfrutar con todos los que me acompañasteis. Estoy profundamente
agradecida, siempre he pensado que todos me apreciabais, pero no pensé que
tanto, por eso me siento muy orgullosa de todos los de mi pueblo y de haber
nacido en él, no tengo palabras para expresar mi agradecimiento.
Como veis,
he demostrado mi valentía y decisión de hacer un libro y publicarlo, todos
sabéis que no tengo estudios más que los que hice en la escuela del pueblo, y
he vivido en un pueblo rural y pequeño y nacía de una familia humilde y
numerosa, pero tuve buenos profesores: mis padres, que a todos nos educaron por
igual. Mi padre fue muy inteligente y mi madre una mujer extraordinaria en
todos los sentidos, me satisface que sus vecinos les recuerden con cariño,
ellos nunca hicieron mal a nadie, para ellos lo más importante era su familia,
para ella y por ella lucharon en la vida, vivieron una vida sencilla con todos
los hijos que mi madre trajo al mundo, diez, aunque luego quedamos seis que no
está nada mal. Con pocos recursos, pero tuvimos unos abuelos con mayúsculas que
todos los conocisteis, Julián y Benancia.
Este día
para mí no lo voy a olvidar mientras viva y menos el detalle que tuvisteis los
miembros de la Asociación la Fuentina, para mí muy familiar, estoy súper
agradecida por la placa que me dedicasteis de mi pueblo, una vez más, gracias.
Repito,
fue un día muy feliz para mí pero me faltaba
mi marido con el que compartí 49 años y 9 meses muy felices de
convivencia y que ya no está entre nosotros disfrutando estos momento tan
bonitos. Él sí que hubiese disfrutado
tanto como nosotros, seguro que desde allá arriba nos está viendo y se sentirá
orgulloso de todos nosotros y que todos le recordamos con admiración por su
generosidad y lo humano que fue para los demás.
A mi
sobrina Beatriz y Esther por el ramo que me dedicasteis muchas gracias a las
dos, a Jesús que fue mi respaldo en esos momentos, Pili, Isabel, y en particular a mis hijos y
nietos, por último a mi hermana Jesusa. Todos estuvisteis ahí, de verdad que no
pude estar más arropada por toda mi familia a la que quiero y todos los sabéis.
Gracias
a todos que sois estupendos.
Juliana
González. 28/07/2013
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