Aurito, te estamos enormemente agradecidos por este bonito testimonio, que sé que a muchos de tus quint@s les hará mucha ilusión leer. Y por supuesto, cómo no, por esta preciosa pintura que nos envías, que prometo enmarcar para colocar en el local de la sede de nuestra Asociación Cultural la Fuentina, junto a los trabajos de madera de tu hermano Epi. Que sepáis ambos, que es un honor teneros entre nosotros.
Año 1964: En el mes de julio tengo 16 años, estoy de vacaciones y decido quedarme en el pueblo con mis ganas tremendas de incorporarme a lo que me he perdido de él, aunque desde 1960 está cayendo, lento, pero sin parar. Quiero hacerme mozo en él y olvidar el resto.
En octubre, cumplo 17 años. Los de mi edad se han desarrollado, yo estirado y flaco, no tengo ni pelusilla en la cara, pero quiero “pagar la cuartilla de vino", como era costumbre, en una merienda en la bodega con todos los mozos. Ese era el espaldarazo de ser “mozo”, así ocurría desde no se sabe cuándo. Después de esto ya era todo cosa de mozos.
Una de ellas, que destacaba, era “llevar el pendón en procesión y las venias” . El pendón de Fuentes era de los buenos, hasta que Don Ventura le cortó más de un metro para que pasara mejor debajo de los cables de la luz, lo que trajo disgusto entre los mozos, porque su pendón se convertía en uno de los más pequeños de los pueblos cercanos. Antes llegaba desde la pila del agua, apoyado en la barandilla del coro, hasta el techo. Ahora se ponía tieso en la esquina con la pendoneta de las Animas.
En todo parece que se iba a menos, hasta el pendón, pero eso sí, seguía siendo el más bonito, sus colores eran la bandera de la alegría, con sus cinco bandas: tres rojas y dos verdes, festoneadas con dorado, ondeando con los aires de estos llanos sobre el azul celeste plagado de chirriones vencejos y golondrinas.
¿Cómo llevarle? Y ¿Con quién? Para todo esto, ahí estaba voluntario, generoso, alegre, cercano y asequible, tanto para organizar las meriendas en la bodega, como para animarlas, para ir a buscar la orquesta para el baile, como para ayudarme a llevar el pendón: “tú no te preocupes, que yo llevo las cuerdas y éstas lo hacen todo, tú le cuelgas del cinto y las piernas firmes, pero no rígidas, y pisa bien”. Esto fue lo que me dijo NANO DE CAMPO y así ocurrió la primera vez que lo llevé, no recuerdo qué fiesta era, es posible que el Corazón de Jesús, lo que no olvido es la luz de esa tarde radiante, cómo fuimos pasando el pendón por debajo de los cables por el pueblo, pero lo que más vivo tengo es el último trayecto, desde la esquina de las puertas de Liborio, cómo se proyectaban con el sol, ya de tarde anaranjado en las tapias de la huerta de Tiburcio, nuestras sombras acompañándonos también con su pendón, aumentando la ya menguante procesión, ya cuesta abajo sin cables, pisando el borde de la bodega de Nicolás, hasta la entrada de la Iglesia.
Ahora faltaba lo peor, las “venias” Nada, sin problema. Nano con las cuerdas lo hacía muy fácil todo. Cuando entraron todos en la Iglesia, enrollamos bien la tela en el asta, sujeta con las cuerdas, metimos la funda y a su sitio, en la esquina de la subida al coro.
Esta fue mi primera vez, pero lo llevé muchas más y cuando ocurría, sentía siempre lo mismo: UN ORGULLO INTERNO DE FORMAR PARTE DE ESTE PUEBLO, DE SU GENTE Y EN EL QUE SIEMPRE QUISE ESTAR.
Versos de 1975:
Me acuerdo….de las juergas en la bodega,
Las fiestas con procesión
La ayuda de Nano un día
Para llevar el pendón.
Pero otros versos del mismo año dicen así:
…Hay fuerzas que empujan SIEMPRE
Y que debes soportar,
Si hacia el mal procura el bien
Si hacia el bien, ayúdalas.
AUREO GALLEGO BARRIENTOS
3 comentarios:
¡¡¡GRANDE AURITO!!!. Ya lo has demostrado muchas veces, con tus pinturas, tus tallas, tus dibujos...;pero una de las cosas más grandes que tienes y que admiro es tu ENORME CORAZON. Como sabes, para mí eres un reflejo del espejo en el que me miro y me veo cada mañana. Tengo que agradecerte eternamente que me hayas contagiado, desde que yo era bien pequeña, de tu entusiasmo por Fuentes: viendo tus obra y emborronando aquellas pinturas que algún chillido me costó, y que tú me recuerdas con frecuencia; en todas veía Fuentes, Fuentes y Fuentes (las liebres, los galgos, la vendimia, las bodegas, los retratos de los tuyos...) Y cómo no mencionar, el impresionante lienzo que donaste a la Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús, aquella que te pedí y que tú generosamente pintaste, no sin buenos dolores de cabeza por el enorme compromiso que aquello supuso para ti; aquella que completaron Piedi con el fleco dorado y Epi con el soporte de madera. GRACIAS EN NOMBRE DE TODO EL PUEBLO. NUNCA LO OLVIDAREMOS. UN SALUDO Y MIS MEJORES DESEOS.
ANGEL ORTEGA DIJO...
Agradecer a mi amigo AURITO por esta nueva entrada, hoy me encuentro con algo nuevo en este blog de FUENTES que me acerca mucho a mi pequeño y querido pueblo. Unos de mis amigos de niñez publica una de esas historias que vivimos de niños en el pueblo,me alegro mucho de leer estas letras que vienen de ti AURITO, animate y escribe alguna más, ¿nos beremos en S.Santa? un abrazo para tod@s, que pronto pueda veros a todos...
Es posible, Aurito, que mi tío no lea tus palabras hasta que yo se las lleve impresas, pero, cómo de antemano sé que le emocionará que le hayas dedicado un rincón en tus recuerdos,me adelanto y me doy el gustazo de darte las gracias por él.
Moni
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